PENSAMIENTO DIVERGENTE


El pensamiento divergente (también conocido como pensamiento lateral) es aquel proceso o método de pensamiento que el cerebro utiliza para generar ideas creativas al explorar todas las posibles soluciones de cómo enfrentar cada circunstancia.

Este proceso ocurre en las personas de manera espontánea y rápida, debido a que todas las ideas se generan en una pequeña cantidad de tiempo y suelen estar unidas entre ellas para agilizar el proceso y dibujar las posibilidades en nuestras mentes. A su vez, este tipo de pensamiento es considerado el más tradicional, estructurado y racional.

Lo que mas distingue a este método es que surge a partir de los estímulos que recibe y no de los hechos. Al tener esta base, nace la posibilidad de que ocurran diferentes trayectorias y, por lo tanto, diferentes conclusiones.

Para explicarlo de una manera aún más simple, podemos decir que la mente a partir de un solo estímulo (preguntas o situaciones conflictivas, por ejemplo) nacerán distintas ideas que se analizarán para decidir cuál es la más acertada.

Luego, esta rama del pensamiento trabajará junto con el pensamiento convergente, que tiene como función seguir una determinada cantidad de pasos lógicos para poder así llegar a una conclusión.
Objetivos del pensamiento divergente

El principal objetivo del pensamiento divergente es poder ser capaz de analizar los distintos puntos de vista de una misma problemática, modificar sus hábitos de pensamiento y mantenerlos siempre cambiantes y, además, multiplicar la cantidad de ideas que somos capaces de producir en base a una problemática o estímulo que se nos presente.

No obstante, no sólo con desarrollar el pensamiento divergente seremos capaces de mejorar y aumentar nuestra creatividad; se necesita, además, desarrollar una flexibilidad mental.
Origen del pensamiento divergente

Se considera que el pensamiento divergente surge en el Renacimiento y se lo considera como el tipo de pensamiento dominante en la Modernidad, debido a que es la estrategia que utilizan tanto los artistas como los científicos y los políticos.

En cuanto al uso que se le da en la ciencia, es esencial que se utilice esta manera de pensar debido a que es importante que en las investigaciones se analice y revise cada paso que realizan de manera adecuada y detallada.

Hoy en día, a pesar de que este método es reconocido por los especialistas, en las escuelas y en cualquier ámbito de la educación continúa existiendo una forma de enseñar y aprender bastante tradicional.

Es decir, los ejercicios y problemas que deben realizar en las distintas materias sólo poseen una única solución como correcta y si llegaran a encontrar una solución alternativa o distinta a la establecida, se los califica con una mala puntuación.

La razón por la que la educación es de este modo es debido a que se decidió desarrollar la capacidad de deducción lógica de los alumnos.

Sin embargo, en algunos países se desarrollan nuevos métodos que se implementan en las escuelas para fomentar el desarrollo del pensamiento divergente y la creatividad de los mismos.

Estas nuevas formas de evaluación tienen como fin incrementar, y de esta forma premiar, la capacidad de poder pensar de manera diferente.
El pensamiento divergente y el pensamiento convergente

A diferencia del pensamiento divergente, el convergente afirma que la única manera de solucionar o enfrentar un problema es guiándose por unos determinados pasos previamente determinados.

No obstante, se les critica a los defensores de este método que de esta manera sólo existirá una sola forma de solucionar los problemas y, por lo tanto, un único modo de sacar conclusiones.

A su vez, este método reduce la capacidad de desarrollar la creatividad debido a que limita la posibilidad de innovar y de crear nuevas posibles soluciones o ideas.
¿Cómo promover el pensamiento divergente?

Existen diversas maneras de ejercitar el pensamiento divergente para poder aumentar nuestra creatividad y la capacidad de analizar los conflictos de manera más profunda y con más opciones a la hora de decidir qué hacer.

Por ejemplo, algunas actividades que podemos realizar para promover este método es crear una lista de preguntas para poder pensar y reflexionar en base a las mismas. Mapas conceptuales, redes y una rutina de libre escritura también pueden ser posibles opciones para ejercitar esta forma de pensamiento.

La libre escritura consiste en enfocarnos en un tema en especial y comenzar a escribir sobre esto en un breve tiempo estipulado para poder ejercitar nuestra conciencia.



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